La secuencia documentada del devenir histórico de nuestra población, lo mismo que las próximas, a partir de las importantes investigaciones habidas en los yacimientos de la sierra de Atapuerca, no permite vislumbrar que hunde sus raíces en los lejanos tiempo del “homo antecesor”. Los restos del mundo paleolítico y de otros momentos de la prehistoria nos permiten decir que ha habido una ocupación continuada de este territorio desde casi un millón de años. En el entorno de Atapuerca, además del importante yacimiento paleontológico y arqueológico hay restos de dólmenes, lo que indica que la sedentarización del neolítico o edad de los metales llegó a estas tierras, luego de una larga evolución de los hombres que la fueron ocupando.
La primera noticia documentada cierta es la información que nos proporciona el Becerro de las Behetrías por el que sabemos que nuestra villa era una behetría dentro de la merindad de Burgos. Ello nos hace sospechar que inicialmente estuvo también vinculada al afoz de Burgos, siendo así la única de la zona que pertenecía a esta entidad.